Los reflejos disminuyen, la vista se deteriora y el cansancio aparece con más rapidez cuando se cumplen ciertos años. Esta realidad genera dudas sobre la seguridad al volante de quienes acumulan décadas de experiencia en la carretera. Los exámenes médicos obligatorios sirven como filtro, aunque la frontera entre la prudencia y la pérdida de autonomía siempre resulta difícil de trazar.
Conducir significa independencia y movilidad personal, y por eso la pregunta sobre el momento oportuno para aparcar definitivamente el coche no admite una respuesta única. La dificultad de encontrar un criterio universal explica que algunas compañías busquen soluciones tecnológicas que ofrezcan pautas más objetivas, como es el caso de General Motors.
General Motors plantea un sistema digital para valorar la capacidad de cada persona
La empresa presentó en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos un proyecto con el que pretende evaluar la capacidad de cada conductor, en especial los más veteranos. La documentación oficial publicada el 28 de agosto de 2025 describe un sistema capaz de calcular una “puntuación de jubilación del conductor” basada en datos del propio vehículo y de la persona que lo maneja. En la solicitud figuran tres ingenieros con sede en Míchigan como responsables de la invención: Michael John Aprile, Tetyana Wasko y Russel A. Patenaude.
La mecánica de este software consiste en combinar múltiples fuentes de información. Tal y como informó Automotive News, los sensores de los vehículos registrarían tiempos de reacción, parpadeos frecuentes o posturas que delaten fatiga. También se mediría el uso de los intermitentes, el respeto a las señales y la frecuencia con la que otros conductores hacen sonar el claxon como reacción a maniobras erráticas.

Una herramienta tecnológica busca dar objetividad a un dilema cargado de tensión familiar
U.S. PATENT AND TRADEMARK OFFICE
Los algoritmos de General Motors no se limitan a los datos de comportamiento en carretera. El sistema contempla la incorporación de condiciones médicas declaradas, informes de quejas sobre la conducción e incluso indicadores que muestren si la destreza mejora o se deteriora con el paso del tiempo. Todo ello desemboca en un cálculo final que asigna una categoría concreta al conductor: aceptable, cuestionable o inaceptable.
El informe generado incluye recomendaciones específicas, y puede remitirse a un familiar o contacto de confianza previamente designado. Según explicó Autoblog, el número de conductores con 65 años o más en Estados Unidos ascendía en 2022 a casi 52 millones, un 77 % más que dos décadas antes, lo que muestra la magnitud del reto.
El envejecimiento de la población multiplica la presión sobre el debate de la seguridad vial
El planteamiento de General Motors se enmarca en un contexto en el que Europa mantiene abierto el debate sobre restricciones adicionales a los mayores para renovar el carnet. Quienes abogan por limitaciones consideran que la edad acarrea pérdida de reflejos y dolencias que aumentan el riesgo de accidente. Quienes rechazan esa vía recuerdan que privar a los veteranos del coche supone restarles independencia y calidad de vida.
La propuesta de la compañía introduce un factor objetivo que evita basar la decisión en percepciones subjetivas. Al medir de forma continua parámetros verificables, se establece un marco de referencia que puede despejar dudas y ofrecer argumentos en conversaciones familiares que suelen ser tensas. En la práctica, la idea funciona como una especie de informe automático que, más allá de hablar de jubilación obligada, sugiere cuándo la conducción deja de ser segura.

La discusión sobre la edad al volante se complica con la pérdida de autonomía
Pixabay
La aplicación presentada bajo el número de publicación US 2025/0269857 A1 expone de manera clara su alcance. El sistema integra información captada por sensores, cámaras y dispositivos de monitorización, analiza la postura al conducir, la velocidad mantenida o si el vehículo se desplaza fuera del carril. Con esos datos se actualiza la puntuación periódicamente, lo que permite observar si un usuario evoluciona en sentido positivo o negativo.
Aunque General Motors evita comentar sobre patentes en curso, la compañía no garantiza que este desarrollo llegue a la producción en serie. De momento, se limita a ser una propuesta con potencial para abrir una nueva etapa en la gestión de la movilidad en edades avanzadas.
El debate seguirá abierto porque la conducción nunca es solo una cuestión de edad, también lo es de confianza personal y de responsabilidad frente al resto de usuarios de la vía. Y en medio de esa tensión, resulta tentador pensar que dentro de unos años el propio coche acabará decidiendo cuándo conviene colgar las llaves.
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