Investigaciones recientes han revelado que algunos edulcorantes artificiales, presentes en una gran cantidad de productos ultraprocesados, podrían estar vinculados con un deterioro cerebral más rápido.
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Los alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) son formulaciones industriales elaboradas con aceites, azúcares, almidones y aditivos como colorantes, emulsionantes y edulcorantes. Dentro de este grupo se encuentran bebidas azucaradas, comidas congeladas listas para calentar y snacks empaquetados.
Un estudio que contó con la participación de 10.000 personas, durante un periodo de tiempo de ocho años, reveló que quienes comían estos productos en exceso presentaban un envejecimiento cerebral más rápido; la pérdida de la memoria y la capacidad de concentración se deterioraban entre un 25% y un 28% más que en quienes los consumían poco.
Los alimentos ultraprocesados contienen aditivos que afectan la memoria y la concentración. Foto:Getty Images/iStockphoto
Los investigadores indican que las afecciones cerebrovasculares y la inflamación en el organismo serían los principales causantes de estos efectos negativos.
Entre los edulcorantes artificiales, el aspartamo, el acesulfamo-K, el eritritol, el xilitol, el sorbitol, la tagatosa y la sacarina ha sido uno de los más cuestionados.
Un estudio de caso encontró una relación significativa entre su consumo y un mayor riesgo de enfermedad. Aunque la evidencia aún es limitada, el hallazgo refuerza la necesidad de tener precaución al consumirlo.
La sacarina ha sido asociada con un mayor riesgo de Alzheimer en investigaciones recientes Foto:iStock
Otros efectos de los edulcorantes artificiales
Más allá, la literatura científica ha vinculado el consumo de edulcorantes con otros problemas neurológicos y emocionales como:
La depresión: señalaron que las personas que consumían regularmente estos productos tenían un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos o intensificar los ya existentes.
Dolores de cabeza: en estudios de seguimiento detectaron una relación entre edulcorantes y cefaleas, aunque los resultados no siempre fueron consistentes.
La enfermedad de Alzheimer: si bien el estudio encontró que el consumo de sacarina estaba significativamente asociado con el riesgo de padecer de Alzheimer.
Expertos recomiendan reducir refrescos, galletas y snacks para proteger la salud cognitiva. Foto:iStock
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?
La OMS enfatizan que mantener una dieta balanceada, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, así como controlar enfermedades como la hipertensión o la diabetes, son estrategias clave para proteger la salud cerebral.
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En este contexto, reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados y optar por dietas más naturales, priorizar el descanso podría ser una de las herramientas más efectivas para cuidar el cerebro y la función ejecutiva en todo tipo de población.
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