La mesa redonda ‘Ciencia en emergencias’ abre la semana del mayor simulacro de una erupción volcánica en Tenerife

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) inaugurará este lunes 22 de septiembre su agenda de trabajo en el simulacro de erupción volcánica de Garachico con la mesa redonda “Ciencia en emergencias”. Este encuentro, concebido como un diálogo abierto entre personal científico, responsables de la gestión del riesgo y ciudadanía, será el primer acto de una semana de actividades (del 22 al 26 de septiembre) orientadas a integrar el conocimiento científico en la toma de decisiones de protección civil ante un escenario que reproducirá la evolución de una crisis con características equiparables a una erupción volcánica en la vertiente norte de Tenerife.

La mesa del lunes pondrá sobre la mesa las lecciones aprendidas a partir de recientes episodios volcánicos y otras emergencias, y cómo esas enseñanzas se han traducido en mejores procedimientos de asesoramiento científico. Se abordará qué información resulta decisiva en cada fase de la crisis, cómo se prioriza su obtención y de qué modo se articula su traslado a los centros de mando para que puedan tomar decisiones basadas en el conocimiento científico. La intención es explicar, con un lenguaje comprensible y sin perder rigor, por qué determinadas medidas preventivas — delimitación de zonas de seguridad, limitaciones de acceso, recomendaciones sanitarias vinculadas a la calidad del aire o decisiones sobre evacuación— se apoyan en evidencias científicas y reducen vulnerabilidades.

Ciencia al servicio de la gestión de emergencias

El CSIC ha creado un Protocolo de Asesoramiento en Emergencia para activar rápidamente un Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias (GADE) para ofrecer el conocimiento científico de su personal experto, así como sus infraestructuras y servicios científico-técnicos a los gestores de emergencias que así lo requieran.

La participación del CSIC en el simulacro se desarrollará a lo largo de toda la semana con un despliegue que pone a prueba la capacidad operativa y la autonomía del GADE en condiciones exigentes. El objetivo es comprobar, en un ejercicio de gran realismo, la solidez de la cadena completa que conecta los datos obtenidos en campo con los informes científico-técnicos que ayudan en la toma de decisiones. Esto implica verificar tiempos de respuesta, poner a prueba la capacidad organizativa y logística, así como los protocolos de actuación, cuando el ritmo de los acontecimientos obliga a trabajar con ventanas temporales muy estrechas.

La experiencia acumulada por los equipos científicos se pondrá al servicio de la protección civil para ensayar, de principio a fin, procedimientos que contribuyan a mejorar el asesoramiento del CSIC en futuras emergencias reales.

La Delegación del CSIC en Canarias dará apoyo institucional y operativo en el despliegue del GADE, que implica la participación de más de 30 personas de perfiles diferentes de 10 centros de investigación del CSIC. Los tres centros del CSIC en Canarias tienen una implicación especial en este grupo dada su experiencia previa en la erupción del Tajogaite en 2021 en La Palma y su arraigo territorial.

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) aportará su conocimiento geológico del territorio, el seguimiento de los peligros volcánicos, la cartografía rápida de la evolución de las coladas de lava y de la dispersión de piroclastos o la definición de criterios que permiten orientar medidas preventivas en función de la evolución de la situación. Además, desplegará su equipo del Servicio de Trabajos Aéreos para hacer el seguimiento de la erupción desde el aire. El Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) incorporará la vigilancia operativa en el medio marino, con seguimiento de parámetros fisicoquímicos, evaluación de posibles afecciones costeras y análisis de la dinámica en caso de interacción lava-mar. El Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA- CSIC) reforzará la evaluación ambiental, con especial atención a biodiversidad, calidad del aire e impactos sobre ecosistemas terrestres y agrícolas. La suma de estas miradas garantiza que la respuesta se construya desde una base multidisciplinar, donde geología, oceanografía y ambiente dialogan para ofrecer una visión coherente y útil por quienes deben decidir.

Durante los días previos al ejercicio principal se desplegarán equipos de observación en tierra, mar y aire, se verificarán circuitos de intercambio de datos y se afinarán los formatos de comunicación científica hacia los centros de coordinación. El objetivo es que los informes lleguen en tiempos compatibles para su uso en la toma de decisiones.

La ciencia es una aliada de primer orden para tomar decisiones sensatas en momentos de incertidumbre. Por eso, el despliegue previsto en Garachico tiene una doble vertiente: entrenar procedimientos y, al mismo tiempo, reforzar el vínculo entre quienes producen conocimiento, quienes lo necesitan con urgencia para actuar y contribuye a generar confianza y a mejorar la autoprotección en la población.

El trabajo conjunto del personal del IGME-CSIC, IEO-CSIC e IPNA-CSIC, así como del resto de centros del CSIC participantes contribuirá a visibilizar la importancia de la aportación de la ciencia en emergencias. Con esta preparación, el CSIC encara la semana del 22 al 26 con un mensaje nítido: facilitar el uso del conocimiento para la toma de decisiones que protejan vidas y reduzcan daños. Garachico ofrece ese banco de ensayo y la oportunidad de consolidar una cultura de coordinación donde la ciencia actúa como engranaje central de la respuesta.

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