La inteligencia artificial ha revolucionado el modo en que trabajamos, nos relacionamos, aprendemos e incluso cómo disfrutamos del tiempo libre. Sin embargo, la ola de esta tecnología tan transformadora necesita una madurez y precisión a la hora de detectar casos de uso fiables cuando se traslada a campos tan críticos como el sistema financiero o la salud, por poner algunos ejemplos.
Un estudio publicado este jueves por la fintech española Embat, arroja luz sobre la visión que los departamentos financieros de la gran y mediana empresa española tienen en el uso de la inteligencia artificial para la gestión de su tesorería. Y las cifras, aunque a priori dibujan una clara radiografía, no están exentas de matices que su coCEO y cofundador, Carlos Serrano, nos ayuda a clarificar.
Según revela el documento, la inteligencia artificial ya es el eje transformador principal en la tesorería de grandes y medianas empresas. Así lo certifica un 67 % de los profesionales financieros consultados, para quienes su adopción es una prioridad operativa en sus organizaciones.
En un entorno cada vez más exigente, marcado por la necesidad de modernizar procesos y gestionar la liquidez de forma eficiente, “la IA emerge como una aliada estratégica en la evolución del área financiera”.
Sin embargo, esta apuesta por la IA se produce ¿por convicción de los profesionales financieros o siguiendo el mandato del consejo de administración en aras de no quedarse atrás de la moda ‘tecnológica’ del momento? Serrano no esconde su escepticismo.
“Nos ha sorprendido esa cifra del 67%. Es la cifra que refleja la realidad, pero hay que matizar ciertos aspectos”, advierte Serrano.
“Está claro que los responsables financieros apuestan por la implementación de la inteligencia artificial en la tesorería, pero también vemos que en muchos casos es por mandato del consejo de administración para no quedarse atrás, y no por haber detectado previamente dónde se puede aplicar para generar valor o haber identificado previamente qué problema puede resolver”, indica el coCEO.
IA, el ‘nuevo’ empleado inexperto
Y es que aplicar la IA en la gestión de la tesorería se convierte en una cuestión crítica para las compañías. Aquí no hay margen para el error. El coCEO de Embat realiza una analogía muy gráfica sobre el potencial de transformación de esta tecnología y los pasos previos que todavía deben darse.
“La IA es como ese trabajador recién acabada la carrera que llega a la compañía con un expediente académico brillante. Por muy buena formación que haya tenido, no lo pones al frente de los reportes al consejo de administración el primer día. Necesita aprender la forma en que se trabaja en la empresa y, durante este tiempo, validación de sus superiores. Con la IA pasa igual”.
Equipo de la ‘fintech’ española Embat.
En este contexto, siete de cada 10 encuestados otorgan una importancia capital al hecho de que las soluciones basadas en IA se integren sin fricciones con sus sistemas actuales. De hecho, la compatibilidad con el ERP existente se considera un factor determinante en el proceso de implantación, ya que las empresas priorizan soluciones que se integren sin fricciones en su operativa habitual, según indica el informe.
El informe identifica las principales áreas en las que los financieros esperan un mayor impacto de la inteligencia artificial. Casi la mitad (47%) prevé una automatización más inteligente y adaptativa, integrada en los flujos de trabajo existentes.
Casi la mitad (47%) de los financieros prevé una automatización más inteligente y adaptativa, integrada en los flujos de trabajo existentes, gracias a la inteligencia artificial
También destacan su capacidad para detectar patrones de riesgo difíciles de identificar manualmente (21%), generar recomendaciones proactivas para optimizar la liquidez (20%) y simular escenarios de mercado en tiempo real (12%).
En cuanto a los beneficios prácticos ya percibidos, sobresalen la reducción de tiempo en tareas manuales (50%) y una mayor capacidad para analizar grandes volúmenes de datos (27%). También se valora la posibilidad de liberar recursos hacia tareas estratégicas (12%) y mejorar la precisión, reduciendo errores como última opción (10%).
La adopción avanza, pero los retos persisten
Sin embargo, ante cambios tan transformadores, la recepción no siempre es homogénea, como refleja el estudio de Embat. A pesar de un interés manifiesto en integrar la inteligencia artificial en las funciones de tesorería, aún persisten barreras significativas, principalmente de carácter organizacional y cultural.
Entre las preocupaciones más destacadas en los financieros encuestados destacan la ética y la seguridad en el uso de los datos, mencionada por un 35%. Le siguen el temor a una posible pérdida de empleo debido a la automatización (25%), la necesidad de adquirir nuevas habilidades con rapidez para adaptarse al cambio (24%), y la inquietud por una dependencia excesiva de la tecnología (15%).
Entre las preocupaciones más destacadas en los financieros encuestados destacan la ética y la seguridad en el uso de los datos, mencionada por un 35%.
Además, un 29% de los profesionales señala preocupaciones sobre la seguridad y privacidad de los datos, un 27% menciona la falta de conocimiento interno, un 19% destaca las dificultades de integración con sistemas existentes, mientras que un 12% percibe resistencia al cambio en los equipos y un 11% expresa dudas sobre el retorno de inversión.
Estos factores evidencian que, pese al creciente interés, la adopción de la inteligencia artificial en tesorería no progresa al mismo ritmo en todas las organizaciones. “Las preocupaciones de tipo ético, técnico y cultural subrayan la necesidad de una integración gradual y bien acompañada”.
“En este contexto, facilitar una implementación alineada con los sistemas existentes y con foco en el valor añadido para los equipos humanos será clave para consolidar el avance de la IA en el área financiera”, concluyen desde Embat.
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