El 4 de marzo de 1907 nacía en San Francisco (EE. UU.) la persona que se convertiría en la más longeva de España y una de las de más edad en todo el mundo. Maria Branyas fue una vecina de la localidad de Olot, en Catalunya, que vivió hasta agosto de 2024, es decir, 117 años.
Aunque la esperanza de vida en España es de las más altas en todo el planeta, en 2025 se sitúa en los 84 años, más de 30 por debajo de lo que consiguió vivir esta catalana.
Maria Branyas en 1925. / Wikipedia
Por eso, la pregunta estaba clara: cómo se lo hizo la mujer para vivir hasta una edad tan avanzada. Según aseguraba la propia mujer, ella apuntaba que la clave estaba en tomar un yogur al día, como llevaba haciendo muchos años.
Ahora, después de analizar la vida de Branyas, el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras ha podido determinar qué es lo que verdaderamente hacía de la anciana alguien tan especial.
Sin embargo, la realidad es que no existe una rutina o un alimento en concreto que se considere el secreto de la longevidad. Lo principal, apuntan las conclusiones, es que gozaba de una biología completamente asombrosa que le ahorraba todo tipo de afectaciones de salud, algo que no se puede escoger tener.
Maria Branyas posa junto al investigador Manel Esteller, en una imagen de 2024. / ·
“Tenía un genoma muy bueno, que la protegía de muchas enfermedades, cardíacas, neurológicas, metabólicas… Un segundo factor es que tenía unas bacterias en los intestinos que le daban una gran resistencia a la inflamación, y así evitaba procesos inflamatorios crónicos”, asegura el doctor Manel Esteller, líder de la investigación.
Punto de partida para mejorar vidas
En lugar de intentar dar con el santo grial de la vida eterna, este estudio sirve para conocer qué se puede hacer para intentar llegar a edades avanzadas de la vida con buena salud: “Por primera vez, hemos encontrado genes asociados a la longevidad extrema en buenas condiciones y se pueden pensar formas de actuar sobre estos factores, utilizando distintos fármacos”, apunta Esteller.
Además, también puede servir como base para el estudio de enfermedades que provocan el envejecimiento prematuro, como la progeria, porque es “lo mismo que nuestra supercentenaria, pero al revés. Por tanto, podemos pensar posibles terapias que puedan actuar contra esta enfermedad”.
Según el estudio, no se puede determinar ningún tipo de hábito que favorezca a ampliar la esperanza de vida hasta el nivel que consiguió llevarla Branyas, aunque sí que hay rutinas que pueden ayudar, como seguir una alimentación saludable, una buena vida social y alejarse de sustancias tóxicas, como el tabaco o el alcohol.
Así, la longevidad de Maria puede ser clave para ayudar a otras personas que quizás no lleguen a los 117 años, pero que podrán vivir una vida plena gracias al estudio de su vitalidad.
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