El pulso interno dentro de Apple está dejando al descubierto una división que enfrenta a algunos de sus ejecutivos más influyentes. Eddy Cue empuja con fuerza la idea de abrir la chequera y cerrar adquisiciones de gran tamaño para posicionar a la compañía en la élite de la inteligencia artificial. Enfrente está Craig Federighi, que insiste en mantener la tradición de construir lo esencial dentro de la propia casa. Y, entre ambos, Tim Cook escucha, mide riesgos y acaba siendo quien toma la decisión final.
La fricción no es menor: define si Apple seguirá apostando por la vía de las pequeñas compras estratégicas o si dará un giro que marcaría un cambio profundo en su cultura corporativa.
Sin consenso
En Cupertino no hay quien se aclare
La tensión quedó reflejada en los rumores sobre posibles operaciones con Mistral y Perplexity. Dos empresas jóvenes que simbolizan lo que Apple busca y, al mismo tiempo, lo que desafía sus costumbres.
La francesa Mistral presume de modelos de lenguaje ligeros y pensados para la privacidad, un terreno que encaja de lleno en las prioridades de Cupertino. Perplexity, por su parte, se centra en el producto final y ofrece un buscador conversacional que se apoya en la tecnología de otros para dar respuestas inmediatas y con fuentes citadas. Ambas alternativas supondrían una vía rápida para reforzar el ecosistema, aunque también un golpe contra la filosofía que Federighi defiende.

Cook está entre dos aguas
NIC COURY / AFP
El debate no se reduce a esas dos compañías. Según The Information, Apple ha llegado a considerar integrar los modelos de Google Gemini en su propia infraestructura de nube privada. La idea permitiría combinar la potencia de Google con la promesa de Apple de blindar los datos bajo su propio control. Sería un movimiento de gran calado, ya que implicaría admitir que terceros pueden aportar el “cerebro” que Siri necesita, aunque gestionado bajo la arquitectura cerrada de la empresa.
Cue, consciente de la urgencia, insiste en que pequeños pasos no bastan para competir en la liga mayor. Así lo recogió el medio estadounidense al señalar que “si Apple quiere competir en la élite de la inteligencia artificial, no basta con pequeños pasos”.
Frente a esa visión expansiva, Cook recuerda casos como el de 2017, cuando rechazó siquiera sentarse a negociar con Elon Musk la compra de Tesla. Esa cautela resume la disyuntiva actual: lanzarse a adquisiciones gigantes o seguir confiando en el crecimiento interno.
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Con la presión de un acuerdo con Google en entredicho y la competencia acelerando, la discusión en Cupertino se ha convertido en un pulso de fondo. En un lado, la ambición de conquistar terreno con compras inmediatas; en el otro, la convicción de que alterar la identidad de la compañía sería un error. Y mientras tanto, Siri espera su futuro en medio de un tablero que parece cada vez más movido.
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