Con 74 años cumplidos, Ana Belén sigue brillando en la música y la interpretación con la energía de siempre. Su secreto, confiesa, no está en fórmulas mágicas: la clave es la moderación y la constancia en sus hábitos. Un estilo de vida sencillo que encaja con lo que la ciencia define como envejecimiento saludable: ejercicio regular, nutrición equilibrada y una actitud mental positiva.
Ana Belén debutó en 1965, con apenas 13 años, en la película Zampo y yo. Desde entonces no ha dejado de crecer como artista, convirtiéndose en una de las voces y presencias más queridas del panorama cultural español. Casada desde hace más de medio siglo con Víctor Manuel, ha demostrado que la longevidad profesional puede ir de la mano de la vitalidad física y mental.
Su vida cotidiana refleja lo que recomiendan los especialistas en envejecimiento: mantener hábitos coherentes, sin obsesionarse con metas extremas pero sin abandonar la disciplina. Una fórmula que ha convertido su biografía en un ejemplo de actividad saludable.
La artista lo deja claro en una entrevista reciente: “Voy al gimnasio sin matarme”. Sus rutinas incluyen pilates y clases de danza, prácticas que refuerzan fuerza, flexibilidad y equilibrio. Ella misma subraya que le aportan beneficios “físicos y mentales”, además de mejorar su estado de ánimo.
La Fundación Española del Corazón insiste en la importancia del movimiento en todas las edades, pero especialmente a partir de los 60. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), practicar ejercicio moderado de forma regular ayuda a controlar la tensión arterial, reduce el riesgo de diabetes, fortalece los huesos y mejora la salud cerebral.
El pilates contribuye a mantener una buena postura y preservar la musculatura profunda, mientras que la danza aporta coordinación, equilibrio y un componente social que también influye en el bienestar emocional. No es solo una cuestión estética, sino de salud cardiovascular y cerebral, algo que la FEC considera fundamental para envejecer con calidad de vida.
“Dietas no sigo, como de todo y creo que bastante sano”, explica con naturalidad. Su menú habitual incluye verduras de temporada y guisos tradicionales en invierno. A cambio, ha adoptado la costumbre de no cenar (“me tomo un yogur y ya está”) salvo en ocasiones sociales. Se trata de una forma de comer guiada por el sentido común, alejada de las restricciones extremas que suelen conducir al abandono.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) señala que, con el paso de los años, el cuerpo necesita ajustar la ingesta sin renunciar a la variedad. Las frutas, verduras, proteínas de calidad, legumbres y cereales integrales son esenciales para cubrir las necesidades de fibra, antioxidantes y micronutrientes. Además, recomiendan cenas ligeras para favorecer el descanso y la digestión, exactamente lo que practica Ana Belén.
La FEC, por su parte, recuerda que la dieta mediterránea —basada en vegetales, aceite de oliva, pescado y alimentos frescos— es el patrón nutricional más eficaz para proteger el corazón y alargar la vida. Las elecciones de Ana Belén encajan de lleno con esta pauta, validada por numerosos estudios epidemiológicos.
Ana Belén reconoce que la vida le ha puesto a prueba en numerosas ocasiones, pero evita caer en el derrotismo. “No me pillas en un momento de catastrofismo”, afirma. Aunque admite que a veces debe esforzarse para mantener el ánimo, aunque insiste en que siempre encuentra una manera de salir adelante.
Este aspecto emocional es fundamental. La SEGG subraya que el bienestar emocional es un pilar tan importante como el físico. Mantener una mentalidad activa y positiva, participar en actividades sociales y continuar con proyectos personales protege frente a la depresión y el deterioro cognitivo. El ejemplo de la artista es claro: seguir en activo en su profesión no es solo un trabajo, sino una herramienta de resiliencia.
La experiencia vital de Ana Belén encarna los tres ejes más respaldados por la investigación científica: ejercicio moderado, dieta equilibrada y actitud positiva. No se trata de fórmulas inalcanzables, sino de hábitos sencillos sostenidos en el tiempo. La FEC lo resume con un lema claro: “Pequeños cambios en el estilo de vida producen grandes beneficios en la salud”.
Por tanto, lo que es evidente es que esa figura y la vitalidad de las que hace gala a sus 74 años no son fruto del azar, sino del compromiso con esos principios.
QvaClick recopila noticias desde fuentes oficiales y públicas. Los derechos pertenecen a sus respectivos autores y editores. QvaClick no se hace responsable de los contenidos externos enlazados.