Actualizado 01/09/2025
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15:21CEST
En la actualidad, el mundo digitalhha desarrollado la llamada inteligencia artificial, la cual se ha convertido en una herramienta cotidiana para responder preguntas rápidas y resolver dudas en segundos, lo que en su momento cumplían otros avances como los buscadores de internet. Algunas plataformas como ChatGPT han ganado la fama de ser fuentes de información inmediata, incluso en temas de salud. Sin embargo, los expertos advierten de que, consultar a la IA sobre cuestiones médicas puede ser arriesgado. Aunque estas tecnologías procesan enormes cantidades de datos, no sustituyen la formación, experiencia y criterio clínico de un profesional de la salud. De hecho, usar la IA como primera fuente médica puede conllevar errores graves, retrasos en diagnósticos o tratamientos inapropiados.
Las limitaciones de la IA
El principal riesgo de preguntar a la IA sobre salud es que sus respuestas, aunque bien estructuradas y expuestas, no siempre son exactas ni personalizadas. ChatGPT, por ejemplo, no tiene acceso al historial clínico del usuario ni a pruebas diagnósticas, por lo que ofrece información genérica. Esto puede generar una falsa sensación de seguridad o, por el contrario, alarmar innecesariamente al usuario ante síntomas menores.
Además, la IA funciona en base a patrones de texto, no a conocimientos médicos en tiempo real. Esto significa que puede cometer errores, omitir detalles importantes o incluso dar recomendaciones obsoletas. Un diagnóstico equivocado, basado en información incompleta, puede retrasar la atención adecuada y empeorar el estado de salud del paciente.
Por qué acudir a un especialista
Los médicos y especialistas no solo aplican conocimientos teóricos, sino también la experiencia práctica, capacidad de observación y juicio clínico. Pueden interpretar síntomas, realizar exploraciones físicas, solicitar pruebas y adaptar un tratamiento a las necesidades de cada persona, algo imposible para la Inteligancia Artificial.
Además, acudir a profesionales garantiza que se realice un seguimiento adecuado, la posibilidad de ajustar la medicación y la detección temprana de complicaciones derivadas de un problema de salud. Por el contrario, confiar en respuestas automáticas puede fomentar la automedicación, el uso indebido de fármacos o la desconfianza hacia la medicina basada en la evidencia.
En definitiva, aunque la Inteligencia Artificial puede ser una especie de herramienta educativa o de divulgación general; nunca debe servir para sustituir la consulta de un médico o especialista sanitario. El consejo más seguro que debes seguir es utilizarla solo y exclusivamente como un apoyo en cualquier campo pero no como una opinión única. Y, ante cualquier duda de salud, debes acudir siempre a un profesional sanitario cualificado.
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