Actualizado 18/08/2025
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16:28CEST
En redes sociales se ha viralizado la idea de que tomar café nada más despertarse dispara el cortisol y provoca un desajuste hormonal, por lo que habría que esperar entre 60 y 90 minutos para la primera taza. La advertencia suena convincente, pero según explica el médico Antelm Pujol (@AntelmPujol), la ciencia disponible no respalda este mito. En un hilo compartido en X, el especialista analiza la evidencia científica y aclara por qué retrasar el café no supone ninguna diferencia real para la salud hormonal en la mayoría de las personas.
Lo que dice la ciencia del café y el cortisol
Según Pujol, algunos estudios han demostrado que, en personas que consumen cafeína de forma habitual, una ingesta de hasta 300 mg de cafeína no aumenta los niveles de cortisol, independientemente de si el café se toma al despertar o en la tarde. Es decir, el efecto hormonal no depende del momento del día, sino de la cantidad de cafeína ingerida.
Para ponerlo en perspectiva, una taza de espresso contiene alrededor de 80 mg de cafeína, un café filtrado grande unos 120 mg y una lata de bebida energética cerca de 150 mg. Esto significa que alguien tendría que beber de golpe tres cafés espresso, casi un litro de café filtrado o dos latas de bebida energética para acercarse al umbral de 300 mg. En ese contexto, la preocupación de que un café matutino pueda “alterar” el equilibrio hormonal carece de fundamento.
Además, Pujol recuerda que el pico de cortisol matutino es un proceso natural que ocurre al despertar, se tome café o no. Por tanto, no existe evidencia científica de que retrasar la primera taza 90 minutos cambie de forma significativa el comportamiento de esta hormona en personas sanas.
Un café por la mañana no hace daño
La conclusión del especialista es clara; el consejo de esperar hora y media antes de tomar café es un mito sin base científica. Para la mayoría de las personas, disfrutar del café nada más levantarse no supone un riesgo ni provoca un desajuste hormonal. La clave, como en muchos hábitos, está en la moderación, en evitar dosis excesivas de cafeína y ajustar el consumo según la tolerancia individual.
De esta manera, quienes encuentran en el café un ritual de paz y energía matutinas no necesitan sentir culpa ni esperar a que pasen los supuestos 90 minutos. Como subraya Pujol, salvo que se beban cantidades poco habituales de cafeína de golpe, el café al despertar es perfectamente compatible con una vida saludable.
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