El pasado domingo por la tarde fuimos al Teatre Romea. Al salir, sobre las 19.30 horas, cayó una tromba de agua impresionante sobre Barcelona y nos acercamos hasta La Rambla a coger un taxi. Nos sorprendió ver pasar varios taxis con la luz verde encendida y nuestro estupor llegó al máximo cuando un taxi con la luz verde, al llegar a nuestra altura la apagó haciéndome la señal de que no quería parar.
Sin embargo, un poquito más adelante se paró a recoger a unos turistas cargados de maletas, posiblemente irían al aeropuerto, nosotros íbamos a Sants. Al final nos vimos obligados a coger el metro. Es una vergüenza el servicio de algunos taxistas. Antiguamente, cuando había un evento tenías un taxi al salir, ya que los taxistas conocían los horarios aproximados de la salida de los teatros.
Hoy en día pasan de ti si no llevas una maleta al lado.
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