Hay cifras que hablan por sí solas e imágenes que valen más que mil palabras. Los desplomes en bolsa de algunas tesoreras de bitcoin son muy elocuentes. En apenas cuatro meses, llegan a registrar bajones del 80% y el 90%. Pero esta no es la única pega, sino que algunas de estas ballenas de criptos ya cotizan con una capitalización inferior a las tenencias de bitcoin que tienen en sus balances. Una señal clara de desconfianza por parte del mercado.
“Todas las tesoreras de bitcoin han estado en fase de pruebas en los últimos meses y es justo en este punto en el que la convicción más importa. La cuestión no es si existen retos o no, que siempre los hay, sino si el principio que nos guía sigue intacto”, dice la acumuladora de bitcoin Nakamoto en una carta a sus accionistas después de que la firma se desplomara en bolsa. Avisan de la extrema volatilidad que van a enfrentar los inversores y les animan a marcharse si no comparten sus principios y solo buscan especular.
Nakamoto Holdings, una compañía que nació para acumular el activo digital, anunció su fusión con KindlyMD, un híbrido entre compañía de servicios sanitarios y tesorera de bitcoin, en mayo. A finales de ese mes, la firma alcanzó su último máximo en los 25 dólares. Ahora, sus acciones valen 1,3 dólares, según su último cierre, un desplome del 95%.
Esta acaparadora de bitcoin es la decimoctava más grande del mercado, con 5.765 tokens, según la web que rastrea este tipo de compañías, Bitcointreasuries.net. Sus tenencias cripto valen a precios actuales 652 millones de dólares, pero su capitalización ronda los 470 millones de dólares. El mercado desconfía de esta empresa, que vale menos que sus propios activos.
Una de las causas que ha motivado el desplome en Naka ha sido que se han liberado este mes acciones antes bloqueadas. La compañía vendió acciones a inversores privados, fuera de la bolsa (PIPE Offering), a un precio de cinco dólares por acción en junio, cuando los títulos cotizaban en torno a los 14 dólares. La pega era que esas acciones no se podían comercializar hasta que se registraran en el regulador, la SEC. Esto ocurrió hace unas semanas, dándose el pistoletazo de salida para que los inversores usaran las acciones a su voluntad. Sin restricciones.
Una vez disponibles en el mercado, su precio se hundió. Bien porque hubo inversores que anticiparon que la liberación de los títulos desencadenaría ventas (para hacer caja), porque el precio había caído tanto que era una forma de paliar las pérdidas o por una mezcla de factores.
De cualquier forma, el caso de Naka refleja lo arriesgado que es vender acciones para comprar criptos y la volatilidad a la que se enfrentan estas compañías. También es un claro ejemplo de que las rápidas subidas pueden preceder rápidas caídas. El suyo no es el único caso.
Otra tesorera bajo presión es Sequans Communications. Su cotización en bolsa es de 137,5 millones de dólares, mientras que sus bitcoins valen 362 millones de dólares. Una vez más, la empresa vale menos que los activos que tiene. Hace poco, su situación era muy distinta. En julio, sus acciones tocaban su último máximo cerca de los 54 dólares y ahora sus títulos rondan los 9 dólares, un bajón del 80% en dos meses.
Este pésimo rendimiento en bolsa de las tesoreras las aboca al fracaso. Para que su modelo de acumulación de bitcoins funcione, es necesario que coticen con una prima. Como suelen vender acciones para levantar capital, cuanto más valgan sus títulos, mejor. Así necesitan vender una menor cantidad de acciones (porque son más caras) para conseguir dinero. Esto es esencial porque, de lo contrario, los inversores se diluirían demasiado y no sería rentable comprar activos digitales por esta vía.
La cafetería alicantina y acaparadora de bitcoins Vanadi también está bajo presión. Según su último anuncio de compra de bitcoins, la empresa acumula ya un centenar. Eso supone que sus criptos valen 11,3 millones de dólares o 9,6 millones de euros, pero su capitalización en bolsa es de 10,3 millones de euros. Está cerca de valer menos que sus criptoactivos.
Strategy, la acumuladora por excelencia con cerca de 640.000 bitcoins, también ha vivido momentos mejores. Ha caído en torno a un 25% desde su último máximo a medidos de julio. La firma de Michael Saylor es la referencia en el mercado para este tipo de compañías. Si le va bien, es capaz de impulsar al resto de tesoreras, pero, si le va mal, también puede arrastrarlas.
Las ballenas han proliferado en un buen momento del mercado cripto y con el bitcoin rondando máximos históricos. La exuberancia ha sido tal que, en pocos meses, han surgido todo tipo de tesoreras, de ether, de solana, de xrp, de worldcoin, etc. De hecho, las tesoreras de activos digitales (DATCO, por sus siglas en inglés) tienen más de 100.000 millones de dólares de activos digitales en sus balances, según la firma de análisis cripto Galaxy.
Estas empresas están un en punto complicado. Sin la prima en bolsa, no pueden levantar capital. Si no pueden levantar capital, tampoco podrán acumular criptos, que es su único propósito. Pero los problemas pueden ir a más si alguna de estas empresas se ve forzada a vender sus criptoactivos por estar sometida a presión financiera. Esa sería la peor señal de todas.
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