Caminar con regularidad es una de las formas más accesibles y seguras de mejorar la salud en la tercera edad, pero no es suficiente.
Según especialistas, a partir de los 60 años resulta esencial complementar las caminatas con ejercicios de fuerza para mantener la masa muscular y la salud ósea.
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Según ‘El Economista’, caminar a buen ritmo, con una postura adecuada y movimientos coordinados, aporta múltiples beneficios:
Aumenta la flexibilidad de las piernas.
Mejora la resistencia a la fatiga.
Ayuda a quemar calorías.
Previene la diabetes.
Reduce el dolor asociado a la artrosis.
Fortalece los huesos.
Disminuye el estrés.
Favorece el sueño.
Con el envejecimiento los músculos tienden a debilitarse. Foto:iStock.
Riesgos del envejecimiento muscular
Sin embargo, con el envejecimiento los músculos tienden a debilitarse, especialmente en mujeres después de la menopausia.
En este contexto, la investigación de la Universidad de Copenhague, publicada en la revista ‘American Journal of Physiology’, demostró que el entrenamiento con pesas puede fortalecer las conexiones entre las neuronas motoras de la médula espinal y los músculos, lo que contribuye al correcto funcionamiento del organismo.
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“Hemos presentado los primeros hallazgos que sugieren que el entrenamiento con pesas puede reforzar la comunicación entre las neuronas motoras y los músculos”, explicó el investigador Casper Søndenbroe.
Médica geriatra explica cómo mantener calidad de vida en la vejez
La médica geriatra María Alejandra Benavides destacó en entrevista con ‘CityTV’ la relevancia de la prevención y el cuidado integral en adultos mayores, al señalar que la vejez no debe asumirse como sinónimo de enfermedad.
Según explicó, adoptar hábitos saludables en alimentación, ejercicio y salud mental permite mantener autonomía y bienestar incluso después de los 60 años.
La especialista subrayó que hasta un 80 % de las enfermedades crónicas pueden prevenirse con rutinas saludables.
Recomendó 150 minutos semanales de ejercicio cardiovascular moderado, seguir una dieta mediterránea, y evitar el consumo de tabaco y alcohol.
Las enfermedades crónicas pueden prevenirse con rutinas saludables. Foto:iStock.
La hipertensión arterial fue identificada como la patología más común en la vejez. La médica explicó que, en casos donde ya existen condiciones como diabetes o hipertensión, el tratamiento farmacológico debe combinarse con cambios de estilo de vida.
Desmintió la creencia de que los medicamentos dañan al organismo y recalcó que lo perjudicial es no tratar adecuadamente la enfermedad.
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El abordaje geriátrico, explicó Benavides, distingue entre adultos mayores sanos, intermedios y frágiles. Según la clasificación, se diseñan rutinas de ejercicio adaptadas a las capacidades de cada persona.
Incluso en quienes tienen movilidad reducida, es posible implementar planes seguros que contribuyan a mejorar su calidad de vida.
“No debemos normalizar que la vejez es sinónimo de enfermedad. Se puede llegar hasta el final de la vida, 80 o 90 años, sano y autónomo en todas las esferas: cuerpo, mente y espíritu”, afirmó Benavides.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y una editora.
JOS GUERRERO
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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