La gran revolución que promete cambiar la economía es la IA. Su llegada ha provocado auténticas montañas rusas en bolsa con frenéticas alzas de aquellos más expuestos a la misma, mientras que las firmas que componen su infraestructura ven aumentos reales en su facturación. Sin embargo, hay un problema. La enorme demanda de la IA se ha encontrado con un muro de pérdidas, un mar complicado de navegar donde se han invertido miles de millones de dólares… y que provocará una situación verdaderamente problemática: los beneficios que traerá serán mucho menores que la enorme montaña de gasto que se ha producido.
Así lo refleja el último informe de Bain, que explica que si bien la tecnología necesitará 2 billones de dólares en ingresos para que se financie correctamente el procesamiento tecnológico suficiente para satisfacer la demanda, la realidad es que solo esperan que de cara a 2030 se queden a 800.000 millones de esa meta. En resumen, el dinero que generarán servicios como ChatGPT no tendrá un rédito frente a las necesidades de centros de datos y energía necesarios para que este mercado avance y se mantenga. En resumen, se dará un enorme déficit que se saldará con grandes problemas en la red mundial de suministro.
“Si se mantienen las leyes de escalado actuales, la IA ejercerá una presión cada vez mayor sobre las cadenas de suministro a nivel mundial”, afirmó David Crawford, presidente del Departamento de Tecnología Global de Bain. La firma comenta que si no se logran 2 billones de dólares en ingresos “no se logrará satisfacer la demanda de forma rentable. La demanda de computación supera por tanto los semiconductores que requerirá un aumento drástico del suministro de energía en redes que no han aumentado su capacidad en décadas”.
El motivo es claro, toda esa potencia que requiere la IA se ha encontrado con un muro. Si bien algunas empresas, las líderes, sí han conseguido generar un beneficio con ellas -con unas ganancias mejoradas entre un 10% y 25% según Bain-, la gran mayoría “están estancadas en fase de experimentación y apenas tienen un techo de muy modestas mejoras en su productividad”.
Además de invertir en capacidad computacional, las empresas líderes en IA están invirtiendo cantidades masivas en el desarrollo de productos. Los agentes de IA autónomos, capaces de realizar tareas de varios pasos como los humanos, con guía limitada, son un área de enfoque. Durante los próximos tres a cinco años, se prevé que las empresas destinen hasta el 10% de su inversión en tecnología al desarrollo de capacidades básicas de IA, incluyendo plataformas de agentes.
Las grandes empresas están liderando este proceso. Las mayores empresas tecnológicas, como Microsoft, Amazon y Meta incrementarán su inversión anual combinada en IA a más de 500.000 millones de dólares para principios de la próxima década. El lanzamiento de nuevos modelos de OpenAI y la empresa china DeepSeek, entre otras compañías, está propulsando la demanda de servicios de IA e impulsando a toda la industria a incrementar su inversión
Una montaña de inversión para ‘salvar’ la IA
Desde Mckinsey, por su parte, consideran que para 2030 se requerirán unos 6,7 billones en inversión global en infraestructuras de centros de datos para seguir el ritmo de la demanda de IA. La firma defiende que ante el bajo desarrollo de muchas empresas existe un claro riesgo. “Invertir demasiado en infraestructura, algo que suponga la inutilización de los activos”. Sin embargo, creen que esto no está deteniendo a las empresas de gastar y gastar dado que “no hacerlo supondría quedarse atrás”.
Según la consultora, calculan que “las empresas de toda la cadena de valor de la capacidad de cómputo necesitarán invertir 5,2 billones de dólares en centros de datos para 2030, solo para satisfacer la demanda mundial de IA”. Fundamentan esta cifra en un análisis de demanda de capacidad de centros de datos. Estiman que se darán 125 GW adicionales entre 2025 y 2030. “Esta cifra de 5,2 billones de dólares refleja la magnitud de la inversión necesaria para satisfacer la creciente demanda de capacidad de cómputo para IA”.
Coreweave disparó sus ingresos pero sus pérdidas se dispararon también por los costes asociados a la IA
Según Tirias Research, solo los costes de infraestructura y operación para servidores IA aumentarán hasta superar los 76.000 millones este mismo 2028. Pero el problema es que muchas empresas quebrarán ante una realidad complicada: la adopción masiva de la IA se encuentra con un rendimiento caótico en las empresas y todo este camino, con una de las mayores inversiones de la historia, se dará con pérdidas.
La tendencia de un suministro roto por esta situación paradójica se ve claramente en diversas empresas. Un ejemplo es el caso de CoreWeave, una firma dedicada a proveer infraestructuras de de IA y que ha reportado el último trimestre pérdidas de 290 millones de euros, mucho mayores de lo esperado. Según la empresa, aunque su negocio está creciendo a ritmos agigantados, están haciéndolo de forma más rápida los costes operativos, la energía y otros gastos. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) comenta en un reciente informe que el 95% de las organizaciones que han invertido en IA no han tenido absolutamente ningún retorno a pesar de haber invertido entre 30.000 y 40.000 millones de dólares.
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