El BIC Humboldt, un buque de investigación pesquera y oceanográfica que ahora está atracado en las aguas del Callao, se desplaza sobre el Pacífico alrededor de cinco veces al año. En cada viaje, los científicos del Instituto del Mar Peruano (Imarpe) recogen muestras que luego dan luces sobre los recursos pelágicos, los demersales, la acuicultura, el cambio climático y las artes de pesca e hidroacústica.
Ya sea que el mar esté “chicha” —jerga marítima que indica un ritmo calmo— o se convierta en marejada, los profesionales se empeñan en explorar datos y más datos que le ayuden al Ministerio de la Producción (Produce) a tomar decisiones oportunas para la conservación de un sector que le aporta al país más de S/ 4,000 millones anuales; es decir, 0.8% del PBI nacional.
El BIC Humboldt es el único buque científico con el que opera el Imarpe actualmente. (Foto: cortesía de Imarpe)
LEA TAMBIÉN: Produce: Envíos de harina de pescado crecieron más de 600%
Los científicos antecesores iniciaron esta labor hace 71 años, cuando las embarcaciones eran otras, el “pescadito de oro” era la anchoveta y el Imarpe era aún el Consejo de Investigaciones Hidrobiológicas que la Marina de Guerra había instaurado. Tuvo que llegar, en 1959, una misión de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) para ampliar la curiosidad pesquera y fundar el Instituto de Investigaciones de Recursos Marinos (Iremar).
No obstante, dada la abundancia de los bienes vivos y el sinfín de circuitos vinculados con la salinidad, la alimentación y las temperaturas, en 1964 -hace 61 años- el Imarpe “zarpó” al océano del interés económico.
“La FAO vio que no solo la anchoveta como recurso estratégico era importante, sino también otras especies que habitaban el mar. […] Estudiarlas y protegerlas era clave para una explotación sostenible”, comenta el contralmirante Jorge Manuel Paz, presidente ejecutivo del organismo.
Esta concepción transformadora comprendía, además, una custodia hacia el capital humano: en un siglo caracterizado por una profunda brecha de género —s. XX—, las investigadoras encontraron en la sede una participación laboral de alto rango.
Gestión recorrió las instalaciones y comprobó que la paridad se mantiene. Esas primeras mujeres que adecuaban las cepas a los matraces con “ola en su corazón” y “ola en sus venas” —como escribió el poeta Pedro Jorge Vera— dejaron roto el estereotipo: la equidad sí puede asociarse con las áreas STEM.
Primeros científicos peruanos del Imarpe. Entre ellos destacaron los doctores Julio Valdivia y Aurora Chirinos de Vildoso, y los biólogos Luis Alberto Flores e Isabel Tsukayama. (Foto: cortesía de Imarpe)
Paz narra los siguientes pasos: “Después, en 1981, se publicó el decreto legislativo 095, con el cual se normó el funcionamiento y las capacidades del equipo. […] En 2024, se vio conveniente hacer una reformulación y, por ello, se emitió el decreto legislativo 1677, que es la ley del fortalecimiento y modernización del Imarpe”.
Detalla, entonces, las implicancias del reajuste: “Esta ley permite que el ámbito del instituto no sea únicamente la investigación de los recursos naturales que hay en el dominio marítimo, sino también en las aguas continentales, como ríos y lagos. Y también nos faculta a hacer investigaciones en la Antártida. En suma, podemos ir a otra parte del mundo a explorar”.
Sin embargo, el presupuesto limita el afán por las expediciones: S/ 103 millones anuales. “Queda corto, pero hacemos los mejores esfuerzos por brindar información veraz para la toma de decisiones”, subraya el contralmirante.
Un crucero de investigación de anchoveta puede requerir cerca de S/ 3 millones. Luego, el informe técnico se eleva al Ministerio de la Producción, el cual emite el límite máximo de captura para la temporada de pesca. Este producto genera al año aproximadamente US$3,000 millones. “Por ello, la asignación presupuestal no debe ser considerada como un gasto, sino como una inversión”, resalta.
Algo que no está sometido al dinero en este marco legal es la posibilidad de que las decisiones con respecto a la pesca pasen primero por el instituto. Paz recuerda, en ese sentido, que las advertencias del Imarpe respaldan, por ejemplo, la cuota anual de extracción de la pota y la merluza, y regulan las vedas del cangrejo y el bonito.
El Imarpe cuenta con un presupuesto de S/ 103 millones anuales. (Foto: cortesía de Imarpe)
LEA TAMBIÉN: Pesca de anchoveta 2025: ¿Qué puertos concentran casi la mitad de desembarques?
La frase “del mar a la olla” refleja la accesibilidad, bajo la calidad de inocuo, que los peruanos tienen al recurso marino. “El 80% del pescado que nosotros consumimos en nuestras casas está sustentado en informes científicos del Imarpe. Sin ciencia, no hay sostenibilidad”, señala Paz.
Sin ciencia, en realidad, colapsan las pesquerías. “Colapsa también una arista económica del Perú que es clave en las exportaciones y en todo lo que deriva, como en los puestos de trabajo. […] Si no hay un ordenamiento pesquero basado en investigación, no hay una cuota para no afectar la biomasa”, agrega.
En la actualidad, la pesca genera alrededor de 370,000 empleos directos e indirectos en el Perú, según informó Sergio González, titular de Produce, en julio de este año. Sobre esta base, se espera que, con la Política Nacional de Pesca al 2040, se superen las 440,000 plazas.
Además, ante el lente del microscopio —y la paciencia de quienes lo emplean— también pasan, por citar un caso, lo dinoflagelados, las toxinas que provocan florecimientos algales nocivos y que desencadenan la intoxicación por mariscos. El factor salud, así, ingresa al “mar de batalla”.
¿Cuál es el impacto económico que desencadena en el Perú la labor del Imarpe? (Foto: cortesía de Imarpe)
LEA TAMBIÉN: Perú tiene hasta 150 recursos pesqueros con potencial exportador, ¿a dónde irían las inversiones?
Dos de los tres buques de investigación científica —el BIC Humboldt, el BIC José Olaya Balandra y el BIC Luis Alberto Flores Portugal— ya cumplieron su vida útil. Por ahora el BIC Humbolt se apoya en las seis lanchas auxiliares de investigación.
Ante ese escenario, la brújula del Imarpe se orienta hacia la modernización de la flota. “El año pasado hemos declarado viable un proyecto de inversión pública que tiene cuatro componentes. El primero es el reemplazo del Humboldt y del Olaya por tres buques de investigación de similares características. El segundo es la adquisición de equipamiento para desarrollar nuevas líneas de investigación. Hay una especie específica, que es la vinciguerria, que puede que tenga una biomasa mayor a la anchoveta“, adelanta el contralmirante.
Anticipa también que el moderno navío, que contará con una inversión de más de S/ 177 millones y que podría estar listo en el 2027, se llamará Haydee Santander. El personaje fue una bióloga peruana que, en 1961, se unió al Departamento de Plancton del Iremar. Y, desde 1964 hasta sus últimos días, en 1986, trabajó en el Imarpe: asumió el rol de la dirección y fue conocida por sus investigaciones sobre ictioplancton y zoología.
“La tercera componente se relaciona con lo más importante que tiene el instituto, su masa científica. Con el nuevo equipamiento, se logrará una interoperabilidad, de manera que pueda desarrollarse la cuarta componente, que son las nuevas líneas industriales”, finaliza.
¿Cuáles son los planes de Imarpe para seguir incrementando la investigación marina en el Perú? (Foto: cortesía de Imarpe)
SOBRE EL AUTOR
Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.
QvaClick recopila noticias desde fuentes oficiales y públicas. Los derechos pertenecen a sus respectivos autores y editores. QvaClick no se hace responsable de los contenidos externos enlazados.
En QvaClick puedes lanzar tu proyecto hoy mismo o empezar a vender tus servicios. ¡Conéctate con clientes y freelancers en un solo lugar!
Copyright 2025 © QvaClick. All Rights Reserved.