En el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este domingo 21 de septiembre, Google presentó los avances de su sistema de inteligencia artificial AlphaFold, una herramienta que ya está transformando la investigación científica y que promete abrir nuevas fronteras en la lucha contra esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo.
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La compañía tecnológica destacó que el sistema, desarrollado por su laboratorio de IA DeepMind, ha logrado predecir la estructura tridimensional de más de 200 millones de proteínas en apenas un año, lo que constituye un salto científico sin precedentes. Esa información, organizada en una base de datos de acceso libre, ya ha sido consultada por más de 2,5 millones de investigadores en 190 países.
Con AlphaFold, Google democratizó el acceso a datos clave sobre proteínas humanas. Foto:iStock
“Si bien la ciencia aún no ha encontrado una cura definitiva para el Alzheimer, los avances que estamos observando nos hacen mirar al futuro con optimismo”, afirmó Adriana Noreña, vicepresidenta de Google Hispanoamérica. Según explicó, la combinación entre inteligencia artificial y la comunidad científica está desbloqueando un potencial inmenso para comprender, tratar y, eventualmente, prevenir enfermedades que hasta ahora parecían invencibles.
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Proteínas y memoria: el corazón del problema
El Alzheimer pertenece al grupo de enfermedades amiloides, caracterizadas por el mal plegamiento de proteínas. Estas moléculas, esenciales para la vida, dependen de su forma tridimensional para cumplir funciones específicas en el organismo. Cuando ese “origami biológico” falla, las consecuencias pueden ser devastadoras.
Hasta ahora, determinar la forma 3D de una proteína era un desafío lento y costoso, con miles de configuraciones posibles que requerían años de investigación. AlphaFold resolvió este obstáculo con un modelo entrenado en 100.000 estructuras de proteínas conocidas, aprendiendo las reglas de la física y la química que rigen el cuerpo humano.
El Alzheimer es una de las enfermedades neurodegnerativas más comunes. Foto:iStock
El sistema, ideado por los científicos Demis Hassabis y John Jumper, fue reconocido en 2024 con el Premio Nobel de Química. Su capacidad para predecir estructuras de proteínas defectuosas está permitiendo que investigadores del Alzheimer identifiquen puntos vulnerables y desarrollen medicamentos de alta precisión. Además, abre la puerta a tratamientos personalizados que consideren cómo las mutaciones genéticas alteran esas estructuras en cada paciente.
El impacto de AlphaFold no se limita al Alzheimer. La herramienta ya se utiliza en la investigación contra la malaria, en terapias para el Parkinson y en el diseño de soluciones contra la contaminación plástica. También ha impulsado avances en la creación de alimentos más saludables y materiales innovadores.
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De acuerdo con Google, el modelo ha permitido ahorrar “cientos de miles de años” de investigación al acelerar un proceso que antes dependía de métodos experimentales largos y complejos. Este salto se explica por el enfoque de la compañía en la democratización del conocimiento científico: su base de datos de proteínas es pública y gratuita, siguiendo la lógica del código abierto en el mundo tecnológico.
El éxito de AlphaFold dio origen a AlphaGenome, un nuevo modelo de IA que busca descifrar la función de las secuencias de ADN en tipos celulares específicos. Esta herramienta aplica un enfoque similar al de la predicción de proteínas, pero orientado al genoma humano, lo que podría ofrecer respuestas inéditas sobre cómo los genes influyen en enfermedades y abrir nuevas posibilidades terapéuticas. “Estamos entrando en una era donde la IA no solo acelera la investigación, sino que la transforma en una empresa verdaderamente colaborativa y global”, subrayó Noreña.
La herramienta de IA permite a los científicos comprender cómo se pliegan las proteínas. Foto:Google
Cada año, el Alzheimer se convierte en una carga más pesada para familias, sistemas de salud y economías. La enfermedad, que deteriora progresivamente la memoria y las capacidades cognitivas, no tiene hasta ahora una cura definitiva. Sin embargo, la posibilidad de anticipar cómo se comportan las proteínas relacionadas con su desarrollo marca un antes y un después en la búsqueda de tratamientos.
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