Comenzar el día con una ducha refrescante o terminarlo con un baño relajante es una elección que divide opiniones desde hace mucho tiempo. Quienes se inclinan por la primera aseguran que les ayuda a despertar y encarar la jornada con energía, mientras que los segundos defienden que es la mejor manera de liberar tensiones y descansar mejor por la noche.
Sin embargo, más allá de las preferencias personales, la ciencia tiene argumentos claros sobre cuál es la opción más recomendable desde el punto de vista de la salud y la higiene. A continuación, te contamos qué dice la ciencia.
¿QUÉ RESPALDA LA CIENCIA, DUCHA MATUTINA O NOCTURNA?
De acuerdo con una microbióloga de la Universidad de Leicester, la ducha matutina ofrece ventajas más sólidas. Aunque bañarse en la noche elimina el polvo, el polen, el sudor y la grasa que se acumulan durante el día, el problema es que mientras dormimos seguimos transpirando. Ese sudor alimenta a las bacterias naturales de la piel, que al descomponerlo liberan compuestos de azufre responsables del mal olor corporal.
La especialista concluye que ducharse en la mañana resulta más beneficioso porque permite retirar esos microorganismos, células muertas y residuos acumulados en la piel y las sábanas durante la noche. Así, el cuerpo queda más fresco al ponerse ropa limpia y, en consecuencia, se mantiene con un mejor olor a lo largo de la jornada.

(Fuente: iStock)
¿POR QUÉ EL SUDOR PROVOCA MAL OLOR?
Aunque suele pensarse lo contrario, el sudor recién producido no desprende olor. La razón del mal aroma está en las bacterias que viven en la superficie cutánea, en especial los estafilococos. Estos microorganismos aprovechan el sudor como nutriente y al descomponerlo liberan un compuesto denominado tioalcohol, que contiene azufre y es el responsable de ese característico olor agrio.
En otras palabras, la transpiración por sí sola no es el problema, sino la acción de estas bacterias al procesarla. Por ello, ducharse con regularidad es clave para interrumpir este proceso y evitar que se intensifique el mal olor, según recoge el diario La Nación.
¿QUÉ RIESGOS IMPLICA DUCHARSE SOLO DE NOCHE?
Bañarse por la noche tiene un punto fuerte: ayuda a eliminar contaminantes y alérgenos acumulados durante el día, lo que evita que pasen con tanta facilidad a las sábanas. Sin embargo, esa ventaja pierde fuerza si la ropa de cama no se lava con frecuencia.
Las bacterias, células muertas y aceites de la piel pueden acumularse en las sábanas, sirviendo de alimento para los ácaros del polvo. Los excrementos de estos pequeños arácnidos pueden empeorar alergias y hasta complicar cuadros de asma. Además, al dormir, los microbios presentes en las sábanas pueden volver a transferirse al cuerpo limpio, anulando buena parte de los beneficios de la ducha nocturna.

(Foto: tookapic / Pixabay)
¿CON QUÉ FRECUENCIA SE DEBEN LAVAR LAS SÁBANAS?
Para que cualquier hábito de higiene sea realmente efectivo, la microbióloga recomienda no descuidar el lavado de la ropa de cama. Lo aconsejable es hacerlo al menos una vez a la semana para eliminar sudor acumulado, células muertas de la piel, aceites sebáceos, y bacterias y hongos presentes en el tejido.
De esta manera, se reduce la proliferación de microorganismos que generan mal olor y se evita que los ácaros encuentren alimento en las fibras de las sábanas. El lavado regular es tan importante como la propia ducha, sin importar la hora del día en que se realice.
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