09/09/2025 – 11:16 Actualizado: 09/09/2025 – 11:16
El debate sobre si es mejor ducharse al empezar el día o antes de acostarse sigue dividiendo opiniones. Para muchos, la ducha matinal supone un ritual imprescindible para activar cuerpo y mente, mientras que otros no conciben dormir sin la sensación de limpieza y relajación que aporta el agua caliente antes de ir a la cama. Ambas opciones tienen sus defensores y sus beneficios bien respaldados.
Los partidarios de la ducha por la mañana suelen señalar su capacidad para despejar la mente, favorecer la concentración y estimular la circulación sanguínea. Por el contrario, quienes prefieren hacerlo por la noche destacan el efecto calmante, la ayuda para conciliar el sueño y la sensación de bienestar que proporciona acostarse limpio y relajado. La ciencia, sin embargo, ha comenzado a arrojar luz sobre cuál de las dos opciones resulta más ventajosa para la salud.
Un estudio citado por el cardiólogo Aurelio Rojas en una de sus últimas publicaciones en su perfil de Instagram apunta a que las duchas nocturnas ofrecen beneficios más allá de lo higiénico. Según explicó, investigaciones recientes evidencian que el agua caliente antes de dormir facilita la conciliación del sueño, mejora la calidad del descanso y contribuye a fortalecer la memoria, el sistema inmune y el rendimiento cerebral. Para Rojas, estas conclusiones respaldan la idea de que el hábito nocturno es mucho más que una simple costumbre.
La ducha nocturna como hábito de salud
El cardiólogo ha querido zanjar el eterno debate sobre si ducharse por la mañana o por la noche apoyándose en la ciencia. “Atentos a este estudio científico que acaba de publicarse. Sobre todo si te cuesta dormir, porque los estudios publicados hasta hoy relacionan un mejor descanso con una mayor inmunidad, un mejor rendimiento cerebral, un envejecimiento de nuestras células más lento y un menor riesgo de enfermedades crónicas como las del corazón.”
Para Rojas, los datos hablan por sí solos. En su explicación cita un metaanálisis publicado en 2019 en Sleep Medicine Review, que analizó 17 estudios: “Ducharse o bañarse con agua caliente (entre 40 y 42,5 °C) entre una y dos horas antes de dormir reduce el tiempo para conciliar el sueño en un sorprendente 36%. Esto es muchísimo más que hacer ejercicio o comer bien. Mejora la eficiencia del descanso. Es decir, duermes más tiempo. El tiempo que estás dormido es de más calidad y tienes menos despertares.”
La ducha debe darse una o dos horas antes de dormir y la temperatura debe estar entre 40 y 42,5 ºC
Además, el especialista recalca que el efecto fisiológico es determinante para entender sus beneficios: “Tras una ducha caliente, los vasos sanguíneos de nuestra piel se dilatan, nuestro cuerpo libera calor y la temperatura central desciende. Esta bajada natural es la señal biológica que activa la liberación de melatonina[…] convirtiendo la ducha nocturna en mucho más que higiene, en un sencillo hábito para vivir más y mejor.”
El debate sobre si es mejor ducharse al empezar el día o antes de acostarse sigue dividiendo opiniones. Para muchos, la ducha matinal supone un ritual imprescindible para activar cuerpo y mente, mientras que otros no conciben dormir sin la sensación de limpieza y relajación que aporta el agua caliente antes de ir a la cama. Ambas opciones tienen sus defensores y sus beneficios bien respaldados.
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