15 días con el móvil de Google que ya hace lo que muchos esperaban del iPhone

Tradicionalmente, el termómetro para medir cómo de caliente andaba la competencia del iPhone era Samsung. Eso es, entre otras cosas, porque los surcoreanos son, junto a los de Cupertino, una de las empresas que mejor dominan el hardware y el arte de fabricar smartphones. Era una comparativa en la que los de la manzana solían salir ganando. Pero los tiempos han cambiado. Ya hemos dejado atrás los años en los que había, con unos pocos meses de diferencia, grandes saltos en pantallas, en cámaras, en diseño… El espejo que le han plantado a Tim Cook delante para mirar lo que se espera del teléfono más popular del mundo no es el de ninguna marca asiática. Ni Samsung, ni Huawei, ni Xiaomi… Es el de Google y sus Pixel. ¿Por qué? Porque ahora la pelea está en llevar la inteligencia artificial, la tecnología de moda, a todas partes.

También a los bolsillos de millones de personas. Y no es ningún secreto que Apple va bastante rezagada en esta carrera. Y tampoco es ningún secreto que Google ha jugado esta baza para intentar que sus móviles se hagan un hueco en las listas de los más vendidos. Hemos pasado un par de semanas exprimiendo los Pixel 10 (concretamente, dos de sus modelos, el Pixel 10 de entrada y el tope de gama, el Pixel 10 Pro XL) para conocer sus puntos fuertes, los que no lo son tanto y cuál puede ser la compra más adecuada en el caso de que lo tengas en el radar.

Esa intención de Google de que la IA se convierta en algo que usemos frecuentemente en nuestro móvil queda clara desde el primer momento. Nada más configurar el Pixel 10 Pro apareció un widget para invocar a Gemini. No era un simple botón que abre este chatbot, sino que ofrece accesos directos para adjuntar fotos, capturas o vídeos a nuestras consultas.

También hay un control para activar la cámara en vivo y poder preguntar por lo que estás viendo o para activar Gemini Live, el modo conversacional de la IA de Mountain View, que te permite divagar sobre proyectos, ideas o cualquier cosa que te pase por la cabeza. Al principio puede resultar raro charlar con él, pero no tiene nada que ver con Assistant o Alexa.

De lo mejor del año (de nuevo)

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Pixel 10 Pro y 10 Pro XL

Pixel 10 Pro al mejor precio Pixel 10 Pro XL al mejor precio

La sensación de que estás hablando con una máquina sigue ahí, pero la charla es más fluida, más natural… Además, detecta los balbuceos que indican que vas a interrumpirle. No sorprende que, según filtraciones, Apple se haya planteado tirar de Google y los modelos de Gemini para dar vida al nuevo Siri.

Google ha ido liberando e integrando Gemini también en otros fabricantes que utilizan Android, como puede ser Samsung, pero aquí cobra un nuevo sentido con el módulo que ofrecen estos Pixel. Realmente, entre Gemini y Rodea para Buscar, creo que las búsquedas que he hecho de la forma tradicional se pueden contar con los dedos de una mano. Rodea para Buscar, ya disponible en los Pixel 9, es uno de los mejores inventos de la multinacional californiana de los últimos tiempos. Esta herramienta convierte la pantalla en un buscador. Basta con activarla para buscar un lugar, una prenda, un coche o un gadget que estés viendo en un vídeo de YouTube, Instagram o Twitter, o para que reconozca un número o un mail y no tengas que copiarlo a mano. Incluso puede comprobar si una imagen es falsa o no.

Buen año para renovarlo

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Pixel 10

Pixel 10 al mejor precio

Pero ese widget es un simple aperitivo de lo que incluye este teléfono. La grabadora de voz, por ejemplo, puede transcribir en tiempo real las conversaciones, reuniones o charlas que atendamos. Esto ya era algo que se había visto en anteriores hornadas de los Pixel. La cuestión es que cada año que pasa funciona de una manera más fina y precisa. Y sé de lo que hablo: la utilizo hasta la saciedad. Luego basta con coger esa transcripción, pasarla por Gemini y que te la pula, la traduzca o la resuma.

Por cierto, que si eres de los que utilizan hasta la saciedad herramientas como ChatGPT, debes saber que la compra de los modelos Pro incluye un año de suscripción a Google AI Pro, que integra los modelos más avanzados, la conexión con Google Docs o Gmail y otros para generar vídeos o imágenes con una sola palabra. Además, añade un tera de almacenamiento en la nube.

IA para el día a día

Google también ha querido convertir su IA en una capa invisible. No algo a lo que tengas que andar pidiéndole cosas, sino que trabaje por ti en silencio. No es un salto superradical, pero ayuda a esa sensación de que esta tecnología sirve en el día a día.

Magic Cue es quizá el ejemplo más claro y sorprende por la precisión con la que aparece en el momento justo. Estés chateando, haciendo una llamada o simplemente escribiendo un mensaje en el teclado, las sugerencias contextuales brotan como si alguien hubiera adivinado lo que ibas a necesitar. No hace falta ir a buscarlas: la información aparece ahí, sin interrumpir ni forzar. Puede refrescarte los horarios de los billetes de tren, la reserva de un restaurante…

A esa sensación de asistencia constante se suma Daily Hub, un panel que concentra en un único vistazo lo esencial de tu día. Desde la reunión de primera hora hasta el estado del pedido que llevas esperando, pasando por recordatorios o notas rápidas, todo queda reunido en un espacio que evita tener que saltar entre aplicaciones.

placeholder El widget que pone Gemini en el centro de tu pantalla. (M. Mc.)

El widget que pone Gemini en el centro de tu pantalla. (M. Mc.)

Y luego está Pixel Journal, una herramienta aparentemente modesta pero con potencial para convertirse en hábito. Google lo plantea como un cuaderno digital que se alimenta de sugerencias automáticas, empujándote a escribir aunque sea unas líneas. No es revolucionario en lo técnico, pero sí tiene el encanto de esas funciones que pueden colarse en tu rutina sin que te des cuenta.

Lo más sorprendente, sin lugar a dudas, es la traducción simultánea de las llamadas. No se limita a traducir lo que están diciendo uno y otro interlocutor en tiempo real, sino que clona la voz y le da una naturalidad inimaginable hace unos meses. He hecho varias pruebas estas semanas y hay que señalar algunos puntos. La primera de todas es que hay un ligero retraso, así que si hablas más o menos rápido te volverás un poco loco porque empezarás a pisar la traducción y se dificultará la comunicación. Pero manteniendo un ritmo pausado, la experiencia es bastante alucinante. La segunda es que el procesamiento se ejecuta dentro del teléfono, por lo que las conversaciones no salen del dispositivo. Y la tercera es que en ese proceso de clonar la voz me he encontrado con que a mi hermano, con quien estaba hablando en inglés, el sistema le puso un acento incomprensiblemente afrancesado.

Que los nuevos trucos funcionen, que los que ya existían ahora ocurran con mayor fiabilidad o que algunas funciones puedan usarse solo en local, sin enviar nada a la nube, es mérito también del Tensor G5, una de las grandes novedades de esta generación. Se trata de un procesador diseñado por la propia compañía y fabricado por TSMC, después de las dudas generadas por los anteriores Tensor fabricados por Samsung. Es un chip creado en el nodo de los 3 nanómetros y promete mucha más eficiencia que el de la generación anterior, que generó una gran polémica. ¿La razón? El Tensor G4 tenía mucha menos fuerza bruta que otros procesadores encargados de alimentar teléfonos de alta gama con los que los Pixel pretendían rivalizar. La compañía salió al paso diciendo que se trataba de componentes personalizados y que no había que tener en cuenta los benchmarks y demás.

placeholder El Pixel 10, en primer plano; y el Pixel 10 Pro Xl. (M. McLoughlin)

El Pixel 10, en primer plano; y el Pixel 10 Pro Xl. (M. McLoughlin)

Con el Tensor G5 han mejorado un poco en potencia y también en eficiencia energética. Siguen sin ser los mejores caballos del mercado, pero son motores estupendos para una alta gama. Cualquier comprador potencial de los Pixel se va a sentir más que satisfecho con la sala de máquinas, que cuenta con 16 GB de RAM en el caso de los modelos Pro y 12 en el de los modelos normales. Si eres de los que van a estar dándole zapatilla a juegos ultrapesados, este móvil no va a ser para ti. Pero es que probablemente muchos otros no lo sean.

La cámara, piedra angular

Google lleva mucho tiempo destacando en todo lo que tiene que ver con la cámara de fotos. No solo lo ha hecho a base de hardware, sino que apostó hace mucho tiempo por el software y lo que se llamó fotografía computacional.

Y todo esto llega a un nuevo nivel con la IA y también con el nuevo Tensor, que es capaz de mejorar el rendimiento y los resultados de una cámara que prácticamente repite los componentes de hace un año en el caso del Pro. Los pata negra vuelven a traer un objetivo principal de 50 megapíxeles, un teleobjetivo de 5 aumentos ópticos de 48 megapíxeles y un ultra gran angular de 48 megapíxeles, con capacidad para grabar hasta en 8K.

placeholder El Pixel 10 Pro XL vuelve a estar entre los mejores. (M. Mc.)

El Pixel 10 Pro XL vuelve a estar entre los mejores. (M. Mc.)

Si nos ceñimos estrictamente a las piezas, es el modelo normal el que sale ganando en esta ocasión al incorporar por primera vez un teleobjetivo. Al sensor principal de 48 megapíxeles y el gran angular de 13 megapíxeles, se une ahora un zoom de 3 aumentos ópticos de 10,8 megapíxeles de resolución. La compañía tenía la necesidad de marcar diferencias entre este modelo y los Pixel A, su modelo más asequible.

El problema que se ha encontrado en los últimos años es que el teléfono más barato acaba canibalizando muchas veces las ventas del Pixel 9 o el Pixel 8 estándar, porque la gente no encontraba suficientes argumentos para gastarse la diferencia de precio ya que, a la hora de la verdad, la experiencia que ofrecían ambos modelos era muy similar para la gran mayoría de compradores.

Particularmente, aprecio este cambio. Un teleobjetivo aporta mucha versatilidad a la cámara de un móvil. Es un acierto total de Google y un mensaje a Apple, que aún tiene que justificar que los iPhone estándar, con un precio base cercano a los 900 euros, sigan teniendo solo dos lentes. El repaso por los componentes acaba en la cámara de selfie. El modelo base tiene 10,5 megapíxeles de resolución y los modelos superiores, 42 megapíxeles.

placeholder El Pixel 10 normal ahora tiene un tercer ojo. (M. Mc.)

El Pixel 10 normal ahora tiene un tercer ojo. (M. Mc.)

Después de este repaso, se puede resumir que los Pixel Pro siguen siendo los reyes de la fotografía fácil. No hace falta tener grandes conocimientos: basta con encuadrar, apuntar y disparar. Este título pertenecía hasta hace poco al iPhone. Habrá que ver cómo responde Apple con los iPhone 1 Pro7, que prometen renovar el apartado fotográfico.

Los Pixel Pro ofrecen un espectacular rendimiento en fotografía nocturna y modo retrato. En el día a día manejan con soltura las situaciones cotidianas y los escenarios difíciles. El procesado suele dar fotos bien contrastadas y coloridas, imágenes agradables a la vista.

El zoom ofrece un rendimiento sólido en múltiples escenarios. Obviamente, es superior en los modelos Pro, pero en el Pixel 10 también cumple muy bien. Si tengo una queja del modelo básico, es que no ofrece modo manual para ajustar ISO, exposición o balance de blancos.

Mucha fotograf…IA

Creo que, un año más, estamos ante una de las cámaras más destacables del año. Quizá los puristas de la fotografía encuentren más excitantes las prestaciones de terminales de marcas como Vivo o Huawei, que han apostado fuerte por crear sistemas de cámar con cada vez prestaciones más profesionales.

Se mire por donde se mire, la cámara de los Pixel es una de las más sobresalientes del mercado. En esta percepción juega un papel fundamental la IA. Quizá lo más sorprendente sea el nuevo Zoom Pro Res. Se activa a partir de 30 aumentos en el modelo superior y funciona hasta 100 aumentos (en el modelo estándar, hasta 30). Utiliza inteligencia artificial para mejorar las tomas cuando se exprime el zoom.

placeholder Ustedes no lo ven, pero al fondo hay una casa. (M. Mc.)

Ustedes no lo ven, pero al fondo hay una casa. (M. Mc.)

placeholder Igual ahora, con un zoom por 30, se lo empiezan a creer. (M. Mc.)

Igual ahora, con un zoom por 30, se lo empiezan a creer. (M. Mc.)

placeholder La magia del zoom y la IA de Google. (M. Mc.)

La magia del zoom y la IA de Google. (M. Mc.)

Los resultados son impresionantes hasta 50 aumentos. En modo X100, sin embargo, la tecnología muestra sus límites: las caras no se reconstruyen correctamente y corre el riesgo de generar una reconstrucción, digamos, de brocha gorda. Esto se debe a que la información base para reconstruir es limitada.

placeholder Ese arbol del fondo va a aparecer en primer plano. (M. Mc.)

Ese arbol del fondo va a aparecer en primer plano. (M. Mc.)

placeholder Aquí más cerca, gracias a un zoom de 20 aumentos. (M. Mc.)

Aquí más cerca, gracias a un zoom de 20 aumentos. (M. Mc.)

placeholder Otra vez la magia de los 100 aumentos. (M. Mc.)

Otra vez la magia de los 100 aumentos. (M. Mc.)

placeholder Una foto del atardecer de Madrid. (M. Mc.)

Una foto del atardecer de Madrid. (M. Mc.)

placeholder La luna llena, a 50 aumentos. (M. Mc.)

La luna llena, a 50 aumentos. (M. Mc.)

placeholder La luna llena a 100 aumentos gracias a la  IA. (M. Mc.)

La luna llena a 100 aumentos gracias a la IA. (M. Mc.)

Otra novedad es el asistente de cámara, un pequeño tutor que da ideas sobre cómo tomar la mejor foto: encuadre, orientación, elementos que deben quedar dentro o fuera, dónde colocar el ojo, lente a utilizar… También puede inspirarte sobre qué fotografiar en un rincón de la ciudad o en un paisaje bucólico. Es tan fácil como apuntar con la cámara, pulsar un botón y esperar unos segundos. Me ha parecido útil, aunque espero que Google evolucione la herramienta e incluya consejos sobre exposición o velocidad de obturación para obtener la toma perfecta.

La edición recibe también su dosis de IA. El borrador mágico (que elimina objetos, elementos o personas y los reconstruye como si nunca hubieran estado ahí) sigue superando ampliamente a los iPhone. La función de encuadre automático (que utiliza IA generativa para seleccionar el mejor corte o ampliar la foto rellenando espacios) funciona mejor que antes. Ahora también se puede pedir que edite una imagen usando lenguaje natural, sin navegar por menús complejos. La herramienta entiende bastante bien y es útil para quienes no están acostumbrados al retoque fotográfico.

placeholder La toma original. (M. Mc.)

La toma original. (M. Mc.)

placeholder La toma ampliada por el encuadre automático impulsado por IA.

La toma ampliada por el encuadre automático impulsado por IA.

La función ‘Inclúyeme’, que combina dos fotos para que el fotógrafo también salga en la imagen, ahora es compatible con grupos más grandes. La opción ‘Mejor versión’ (que elige la mejor cara en un selfie) tiene ahora un modo automático que ahorra tiempo. No dudo de la IA para elegir la mejor foto de mis amigas, pero en mis pruebas alguna puso el grito en el cielo por la pose que seleccionó el Pixel. Ella lleva años eligiendo quirúrgicamente sus imágenes en redes y no hace prisioneros: daba igual el rictus de los demás mientras ella luciera su cara. Solo me queda agradecer a la IA esta función.

placeholder El zoom conserva la colorimetría de los otros sensores. (M. Mc.)

El zoom conserva la colorimetría de los otros sensores. (M. Mc.)

placeholder Un ejemplo del modo macro. (M. Mc.)

Un ejemplo del modo macro. (M. Mc.)

placeholder Un ejemplo del zoom por 10. (M. Mc.)

Un ejemplo del zoom por 10. (M. Mc.)

placeholder Y un ejemplo del zoom por 5. (M. Mc.)

Y un ejemplo del zoom por 5. (M. Mc.)

placeholder El modo noche es uno de los más eficaces del mercado. (M. Mc.)

El modo noche es uno de los más eficaces del mercado. (M. Mc.)

placeholder Insisto, es de los mejores modo noche del mercado. (M. Mc.)

Insisto, es de los mejores modo noche del mercado. (M. Mc.)

En vídeo también hay mucha tecnología. Video Boost mejora clips en color y estabilización, pero hay que activarlo previamente y armarse de paciencia, porque se procesa en la nube y tarda. Además, el editor de audio permite potenciar o eliminar sonidos de los clips.

Para cerrar este bloque, solo unas observaciones. Primero, el debate sobre IA en fotografía. Funciones como el zoom potenciado por IA hacen preguntarse en qué momento una foto deja de ser foto para ser otra cosa. Y segundo, más que una observación, un deseo: me gustaría que estos móviles incluyeran un modo de procesamiento mínimo, reduciendo al máximo la intervención de algoritmos e IA. Google ha comprendido lo que es un teléfono lleno de IA y presiona a Apple para mejorar su oferta. Todas las herramientas de Google superan a las del iPhone, salvo a una: Genmoji, la app para generar emojis para las apps de mensajería. Algo que podría considerarse anecdótico.

Una pantalla de escándalo

Si no tenemos en cuenta todo lo que tiene que ver con la IA, ¿qué novedades hay? El diseño es casi igual al del año pasado. Mención especial al Moonshot de los Pro y al azul del Pixel 10. Los altavoces también han sido mejorados en potencia y rendimiento y están a la altura de un alta gama.

placeholder La del Pro XL, de las mejores pantallas que se pueden encontrar a día de hoy. (M. Mc.)

La del Pro XL, de las mejores pantallas que se pueden encontrar a día de hoy. (M. Mc.)

La pantalla ‘Súper Actua’ de los Pixel Pro es una de las mejores que he visto. Ambos modelos ofrecen paneles OLED LTPO con refresco variable de 1 a 120 Hz, colores fieles y nitidez sobresaliente. El modelo pequeño mide 6,3 pulgadas con resolución 1280 x 2856 píxeles (495 ppi). El XL sube a 6,8 pulgadas y resolución apenas superior, con densidad mínima de 486 ppi. La diferencia real es cuánto espacio de pantalla quieres para series, juegos o productividad.

El brillo destaca: picos de 3.300 nits, visibilidad incluso bajo sol intenso. En uso real es algo menor, pero suficiente para exteriores. La calibración apuesta por fidelidad cromática antes que saturación artificial. El Pixel 10 mantiene buena nitidez con su OLED de 6,3 pulgadas, resolución Full HD+ y 422 ppi. Su brillo máximo es de 3.000 nits y soporta HDR10+. La principal diferencia es la ausencia de LTPO, con refresco entre 60 y 120 Hz, sin gestión dinámica.

placeholder El Pixel 10 tiene una pantalla de menores prestaciones. (M. Mc.)

El Pixel 10 tiene una pantalla de menores prestaciones. (M. Mc.)

PixelSnap, la estela del MagSafe llega a Android

Todos los modelos abrazan una de las novedades más comentadas del año: PixelSnap, como ha llamado Google al sistema de carga magnética inspirado en el MagSafe de Apple. En el Pixel 10 Pro XL se puede disfrutar de hasta 25 W de potencia. En los Pixel 10 Pro y Pixel 10, esta cifra se reduce hasta 15 W. La diferencia se debe a una decisión de seguridad y a la necesidad de preservar la batería, ya que el tamaño más compacto complica el control de la temperatura. La buena noticia es que no es un salto al vacío: el iPhone abrió camino y ya hay una notable oferta de accesorios magnéticos disponibles.

La autonomía es uno de los puntos donde más se nota el salto de esta generación. Google ha subido el listón en capacidad en los tres modelos: el Pixel 10 alcanza los 4.970 mAh, el Pro se queda cerca con 4.870 mAh y el Pro XL se dispara hasta los 5.200 mAh. En la práctica, todos cumplen con la promesa de pasar el día sin problemas, incluso con un uso intensivo de redes sociales, cámara y algo de vídeo.

placeholder El Pixel 10 Pro XL. (M. Mc.)

El Pixel 10 Pro XL. (M. Mc.)

Llama la atención que el Pixel 10 a secas sea el que más aguante ofrece de los dos pequeños, un detalle que lo hace muy apetecible para quien prioriza la autonomía por encima de una pantalla más brillante.

La carga, en cambio, sigue siendo el terreno más conservador de Google. Tanto el Pixel 10 como el Pro se quedan en 30 W por cable y 15 W inalámbricos, cifras correctas pero muy lejos de los competidores chinos, que ya hablan de cargas completas en minutos. Aquí toca enchufar y esperar un rato, lo que puede resultar algo lento si vienes de móviles con carga ultrarrápida.

¿Qué Pixel es el mío?

A partir de aquí, poco más que comentar además de los precios. Los modelos Pro cuentan con Wi-Fi 7 y el estándar, con Wi-Fi 6E. Todos cuentan con lector de huellas y reconocimiento facial, posibilidad de incluir una segunda línea con eSIM y cobertura satelital. El almacenamiento base en los modelos de 6,3 pulgadas (10 y 10 Pro) es de 128 GB, mientras que el del 10 Pro XL parte de 256 GB. Todos reciben actualizaciones de sistema operativo.

Este es el motivo por el que el Pixel de mayor tamaño es 100 euros más caro que su predecesor: parte de 1.299 euros, en lugar de los 1.199 euros del curso pasado. El Pixel 10 Pro y el Pixel 10 repiten los precios de salida del año pasado, con 1.099 y 899 euros, respectivamente. Una cosa que ha repetido Google es el programa ‘trade-in’, un plan renove que tan buenos resultados le ha dado en generaciones anteriores. Entregando un viejo móvil, se puede conseguir un ahorro notable.

La pregunta ahora es: ¿merece la pena dar el salto? La respuesta no es sencilla. Es un buen año para hacer esta compra si el que tienes entre ceja y ceja es el modelo normal. La adición del teleobjetivo es una excelente noticia y ofrece la mejor autonomía de la gama. En el caso de los Pro, la respuesta es algo más compleja. Si bien el rendimiento de la cámara mejora gracias al Tensor G5 y funciones como el Zoom Pro Res, el Pixel 9 Pro y su versión pueden ser una opción muy interesante para quienes no quieran gastar tanto dinero a cambio de renunciar a algunas funciones de la nueva generación.

placeholder Es buen año para comprar el Pixel 10. (M. Mc.)

Es buen año para comprar el Pixel 10. (M. Mc.)

Sea como sea, los Pixel 10 confirman lo que ya vimos hace un año: Google ya compite por tener el mejor teléfono del año y es capaz de marcar terreno en aspectos como la inteligencia artificial frente al mismísimo iPhone.

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